He aquí otra quiché para los amantes de las tartas.
Si habíamos dicho que la básica de la cocina francesa es la quiche lorraine, esta es una variante muy utilizada en Castilla y León, por la sencilla razón de que el producto principal es típico de allí.
Evidentemente, una quiché podremos hacerla de lo que mas nos guste a nosotros; siempre y cuando mantengamos la base de la masa. Del mismo modo que el huevo, la nata y el queso; al que le añadiríamos el sofrito que quisiéramos para realizar nuestra quiché.
INGREDIENTES:
Masa quebrada:
ELABORACION:
Hacemos un sofrito con la cebolleta y el puerro en brunoise, hasta que queden bien pochados. Incorporamos la panceta en trocitos muy pequeños y rehogamos.
Abrimos la morcilla y le quitamos la piel, incorporamos la carne al sofrito de la cebolleta y rehogamos hasta que quede todo bien integrado. Por ultimo incorporamos ½ pera cortado en trocitos muy pequeños y terminamos de rehogar. Probamos de sal y pimienta y dejamos templar.
En un bol mezclamos los huevos, la nata y el queso gruyere y batimos hasta obtener una crema uniforme; le añadimos el sofrito de morcilla (templado) y mezclamos. Rectificamos de sal y pimienta.
Para la masa quebrada: En un bol ponemos la harina tamizada y la sal. Hacemos un volcán e incorporamos en el centro el huevo y la mantequilla. Mezclamos hasta obtener una masa homogénea y blanda y elástica. Envolvemos en film y metemos a la nevera durante 1 hora hasta que la masa coja consistencia.
Pasado ese tiempo estiramos la masa sobre un molde de tartaletas (desmoldable); pinchamos con un tenedor y cubrimos de garbanzos secos. Horneamos 15 minutos a 180º. Quitamos los garbanzos y reservamos.
Rellenamos el molde con la crema de morcilla y pera que hemos reservado; cubrimos con unas láminas de pera por encima y volvemos a meter al horno a 180º durante 30 minutos.
Serviremos porciones de quiché, pudiendo comerla templada o caliente.