He aquí una variante del salmorejo clásico. La remolacha, le aportara color haciendo un plato visualmente mas llamativo, sin que la remolacha le aporte excesivo sabor; simplemente le aporta un toque un poco mas dulce.
INGREDIENTES:
ELABORACION:
Lavamos los tomates y le quitamos la parte dura donde sale el tallo. Los troceamos y los ponemos en un bol. Incorporamos el pan (que este duro), cortado en trozos no muy pequeños.
Pelamos los ajos, y les quitamos el germen central. Este germen en crudo es lo que hace que se repita el ajo. Lo añadimos al bol con el tomate y el pan. Mezclamos todo.
En un bote de cristal añadimos la sal y el vinagre; cerramos y agitamos hasta que se disuelva la sal. Una vez echo, incorporamos el aceite y volvemos a agitar hasta conseguir una vinagreta homogénea.
Lo vertemos sobre el tomate y mezclamos bien. Tapamos con un film y dejamos reposar en la nevera un día.
Cuando el pan se haya ablandado y se hayan mezclado los sabores, trituramos todo hasta conseguir una crema homogénea. Colamos por un chino para quitar las impurezas y aligeramos con agua fría hasta conseguir la textura de crema.
Dividimos el salmorejo. 2/3 los reservamos y el resto lo volvemos a triturar junto con la remolacha, hasta obtener una crema roja o rosácea. Podremos aligerar la crema con el resto del salmorejo, si es que supiese mucho a remolacha; puesto que la remolacha solo tiene que dar color y endulzar levemente la crema.
Serviremos frío, sirviendo las dos cremas en un mismo plato sin que lleguen a mezclarse. Se podrá acompañar de huevo cocido, jamón serrano picado y un chorrito de aceite.