Receta de origen árabe. La receta original lleva agua de rosas, que nosotros sustituimos por agua de azahar; y pasta filo que nosotros utilizamos, masa brisa, puesto que es mas difícil manipular la pasta filo.
Podemos utilizar tanto masa brisa como de hojaldre; la diferencia básica es que la hojaldre se infla, quedando un poco mas airada.
A gusto personal, prefiero la masa brisa, que al partir no se rompe tanto; quedando mas apelmazada pero de lo que se trata es tomar un pequeño bocado.
INGREDIENTES:
ELABORACION:
En un cacillo ponemos el agua de azahar, el agua, la piel del limón, la canela en rama, la vaina de vainilla y 100 gr. de azúcar. Infusionamos hasta obtener un almíbar. Colamos y añadimos la miel. La textura deseada es un jarabe ligero. Reservamos.
Cortamos los frutos secos en trozos no muy pequeños; y tostamos la almendra, avellanas y los piñones. Mezclamos todos los frutos secos y les espolvoreamos de 100 gr. de azúcar y la canela en polvo.
Ponemos esta mezcla a fuego y la salteamos con un poco de aceite de oliva. Añadimos unas gotas de agua, y dejamos que el azúcar se cristalice; de tal manera que tenga el aspecto y la textura del garrapiñado.
Estiramos un poco la masa brisa. Extendemos una fina capa de los frutos secos, mojamos con el almíbar que hemos reservado. Ponemos otra lámina de masa y presionamos levemente.
Volvemos hacer este proceso 2 veces mas, hasta acabar con una plancha de masa brisa. Pintamos de huevo y decoramos con los frutos secos que nos han sobrado.
Metemos al horno de 30 a 40 minutos a 165º, hasta que la masa se dore.
Pintamos con el almíbar sobrante para darle brillo.
Se sirve frío acompañando a una taza de té con un toque de menta.