Esta es una tarta difícil de elaborar, pero que merece la pena al probar el resultado.
Tiene una mezcla de sabores entre el café y el chocolate muy equilibrada que la hacen exquisita.
INGREDIENTES:
Masa de cacao:
Crema de café y mascarpone:
Ganache de chocolates:
ELABORACION:
Para la masa de cacao: En un bol, mezclamos los huevos con el azúcar. Incorporamos el extracto de vainilla y la mantequilla en pomada; cuando adquiramos una consistencia uniforme, añadiremos la almendra molida, el cacao en polvo y la harina (mezcladas previamente entre si).
Debemos obtener una masa blanda y pegajosa. Envolvemos en film y dejamos reposar en la nevera durante 1 hora.
Pasado ese tiempo estiramos la masa con un rodillo y cubrimos un molde (previamente untado con mantequilla) con la masa; no os preocupéis si se rompe la masa, podemos unirla con las manos. Una vez cubierta todo el molde, pinchamos con un tenedor y guardamos en el congelador(*).
Una vez fría la masa le pondremos unos garbanzos para que no suba al horno, y horneamos a 180º durante 20 minutos. Desmoldamos y dejamos enfriar.
Para la crema de café: Previamente pondremos a remojo las hojas de gelatina. Deshacemos sobre el café solo caliente y dejamos que temple. En un bol mezclamos el mascarpone, el azúcar y la cucharadita de café molido. Por ultimo le incorporamos el café solo con la gelatina (en templado).
Vertemos esta crema sobre la base de la masa y dejamos enfriar.
Para la ganache de chocolate: Primero montamos la nata con un poco de azúcar (para que sea más fácil). Una vez montada, reservamos en la nevera.
A parte ponemos a calentar la nata liquida junto con la cucharada de café soluble. En cuanto hierva la nata, lo vertemos sobre el chocolate negro troceado; mezclamos para que se deshaga el chocolate; volvemos a poner al fuego para terminar de deshacer la cobertura y obtener así una crema espesa de chocolate. Dejamos enfriar.
Mezclaremos (con movimientos envolventes) la ganache de chocolate negro a la nata montada con cuidado de que no se nos baje. Por ultimo deshacemos las hojas de gelatina en un chorrito de brandy y lo vertemos a hilo fino sobre la crema de chocolate blanco. Metemos en una manga pastelera con una boquilla y dejamos enfriar.
Terminaremos la tarta, poniéndole la crema de chocolate fría y espolvoreando de azúcar glass. Servir la tarta muy fría.
*[Al meterla en el congelador hará que la masa nos quede mas consistente al hornear con la masa bien fría]